Resolver a estas incógnitas podría ayudar a entender que significa la hegemonía socialista/comunista y como se podría llevar a cabo dentro de la sociedad como antesala a la conquista del poder por los trabajadores.
Hay muchos autores como Marx, Engels, Lenin, R.Luxemburgo que dan pistas de cómo resolverlas. Sin dar solución a nada, analizaré por encima a Gramsci con la intención de clasificar qué hegemonías se encuentran en la sociedad española, y cuáles son los puntos fuertes y débiles de cada una, información útil para desarrollar una guerra de posiciones, al más puro estilo gramsciano.
No sin anotar, primero, sobre Gramsci los aspectos más importantes de quién era y los momentos más significativos de su vida. Gramsci nació en Cerdeña pero pronto se trasladó a Sorgono, y pasó parte de su infancia de forma humilde y sin padre(que estuvo en la cárcel). Con la mayoría de edad empezó a trabajar de periodista, y en la universidad de Turín desarrolló más su profesión. Trabajando, pronto se interesó por el desarrollo de la Revolución Rusa de 1917 y escribió sobre ella y su relación con el contexto italiano, siendo redactor en varios periódicos, hasta que publicó en 1919 la revista L´Ordine Nuovo, de carácter obrero, y desde ella desarrolló la idea y aplicación de los Consejos de Fábrica. También desde miembros de esta revista, se produjo la escisión del PSI y fundación del PCd´I, que sería la sección de la III Internacional en Italia. Será en los años del 1924-1926 cuando desarrolle su teoría de la cuestión meridional, papel de los intelectuales y de la educación, todo antecedente del concepto de hegemonía, desarrollado en sus famosos Quaderni del carcere. Detenido por el régimen dictatorial de Mussolini, pasará casi todo lo que resta de su vida en la cárcel.
Hegemonía es fase en el proceso de construcción del comunismo. No contradice a Lenin y a la dictadura del proletario, sino que es una condición más, para evitar la violencia y la limitación de libertades dentro de la dictadura del proletariado. ¿Y es importante? Sí, si de verdad se quiere romper lazos con el capitalismo, sin comprometer una sociedad necesitada de bienestar y libertad. Hegemonía es consentimiento, haya o no contrato social en la determinación del sujeto de poder, contrato de dudosa existencia actualmente. Hegemonía, es, al igual que utilizan las ideologías nacionalistas, un conjunto de características objetivas y subjetivas en común de una sociedad, pero aquí el concepto hace más referencia a conjunto común de una clase social. Es una serie de principios que todos los integrantes de la clase social aceptan, aplican y exteriorizan a su manera.
La hegemonía puede traducirse en instituciones, ideas, valores, leyes, sistema económico, sistema de producción, de relación entre sociedad y naturaleza, lugares de ocio, tradiciones y cultura. Dentro de un sistema democrático(sea liberal o obrero), la hegemonía compite con otras hegemonías(aunque en situación de desigualdad, determinada por jerarquía de la hegemonía del poder: político y económico, filosófica y religiosa), en un sistema dictatorial en cambio, una hegemonía se subordina a otra irremediablemente. De todas formas, en esta competición de hegemonías, existe una que ocupa la posición dominante, el bloque hegemónico.
En España, este bloque responde a una clase alta-media, propietaria, católica, conservadora con tintes centralizadores, complementable con una clase media liberal-social reformista, autonomista y que confía plenamente en un Estado con una función social garantizadora de los máximos servicios públicos posibles, a través de la ley y el gasto público y no de los poderes económicos. Sin un análisis profundo, se puede concretar un resumen de las hegemonías que brotan de este bloque, de las que ninguna contradice este bloque dirigido por los grandes propietarios del país.
La hegemonía que sobrevive al régimen franquista tiene las siguientes características: es centralizadora, pero confía en el Estado como medio de seguridad de la población, a la vez que defiende la jerarquización y un gobierno conservador que impone coerción, estructura de la sociedad patriarcal representada en la institución familiar de relación heterosexual y de división sexual de funciones y un nacionalismo patriótico. Xenofobia a lo europeo y a lo no europeo, con desconfianza a lo liberal si no sigue su propia doctrina franquista. Economía planificada, y concesión a la Iglesia católica y a los medios de comunicación conservadores de la función educativa y informativa. Deporte, toros y fiestas católicas y regionales como medio de participación de la sociedad en el ocio. Censura y criminalización de cualquier tipo de protesta social contestataria a sus ideas.
Para la clase dominante, la hegemonía responde una mezcla de instituciones liberales, demócraticas y conservadoras: bancos y grandes monopolios privados como motor de la economía, servicios públicos restringidos a condiciones excepcionales para la población, parlamentarismo complejo y limitado, donde tiene gran capacidad de influencia, mientras que la sociedad tiene pocos cauces de participación política y irreales. Y una monarquía que representa el consenso de la transición, la estabilidad liberal, símbolo de democracia, unidad y sujeto de moderación, en fin, elemento de cohesión y defensa del bloque dominante. La influencia a través del poder económico y estructural también se ejerce sobre la Iglesia, medios de comunicación, asociaciones, redes de distribución, producción cultural y educación(desde la básica a la superior). Su función más importante: determinan la dirección de la opinión pública.
La hegemonía dominante, por tanto, se sirve de tres hegemonías en España: la conservadora/franquista, la liberal/democrática, y la nacionalista(sea española o responda a otros nacionalismos integrantes en España como el catalán o el vasco). Esto no significa que hayan hegemonías antiliberales, pero su supervivencia es complicada porque lo liberal en España es lo que representa a nacionalismos y democracia.
Es más, hay una hegemonía española, como he dicho anteriormente que se hace pasar por socialista, adalid de defensa de los servicios públicos, laica, ecologista, y menos patriarcal. Esta hegemonía se encuentra en el extremo de la izquierda, pero no hay que confundirse, no es y por sí sola nunca será izquierda. Porque participa en una lógica de defensa del Estado de Derecho, liberal, de propiedad privada, por tanto, individualista y materialista. Es liberal y culpable de ciertas desigualdades entre clases en España, que no defiende por ejemplo la dación en pago, la educación pública en el sentido estricto y cree en el parlamentarismo actual como método de representación de los intereses de la sociedad. No cuestiona tampoco el modelo económico y no considera a los bancos y clase dominante como la culpable de la crisis, sino que engloba también entre los culpables a sectores de la clase media-baja. Esta hegemonía, egoísta y simple, hipócritamente socialista, es necesaria para la clase dominante para dotarse de una legitimidad, hacia el resto de la sociedad y hacia europa.
Queda hablar de la hegemonía socialista/comunista, la excluida del bloque hegemónico. Esta se resume en anticapitalista, antipatriarcal y antiliberal en un primer término. De forma desarrollada, también es ecologista, proclama la libertad de género, la eliminación de desigualdades entre clases, la creación de otro modelo de producción alternativo(más cooperativo, sin propiedad privada), mayor municipalismo y participación democrática(a diferencia de quienes consideran al comunismo como antidemocrático, que se ha convertido en opinión generalizada, por la experiencia soviética y el denostado desde el bloque hegemónico gobierno venezolano y el cubano), alejada de tecnocracias y de representaciones determinadas por unas elecciones. Con una idea de educación que dote a las personas de capacidad crítica(popular sin mercantilizar), y una sanidad universal , complementado el trabajo como forma de realización humana libre de explotación y condiciones abusivas, sino más libre y de menor dedicación. El ocio aquí también se presenta de forma diferente, como espacio donde desarrollar una capacidad más cultural, artística, junto a valores comunitarios, de participación política y idealistas. Esta hegemonía es totalmente opuesta a la que ejerce el bloque dominante, y ha sido ocultada por la revolución pasiva llevada por el bloque dominante en los distintos gobiernos post-transición democrática.
Considero, que sin empezar a construir esta hegemonía que ahora mismo tiene adeptos pero no tiene organización, difícilmente la dominante entre en crisis, por mucha desigualdad entre clases que se produzcan en los próximos años. La realidad nos enseña que hay partidos, asociaciones, y voces críticas que forman parte de esta hegemonía, pero el respaldo y la confianza en que pase a ser bloque dominante sin perjucio a la sociedad en general es todavía mínima. En cambio, hay un desencanto generalizado, una apatía y desconfianza en el parlamentarismo actual, en el modelo de producción y las instituciones en general. Crear las condiciones de conquista efectiva y consolidada de poder por este bloque de izquierdas es la única manera de devolver la ilusión a tantos sectores olvidados por el bloque dominante, y al mismo tiempo, ser capaces de diseñar una sociedad española alternativa a la liberal.
Porque el Estado es neutro pero es sensible a la influencia de la sociedad, y ahora mismo, este bloque de izquierdas, no tiene una línea política aparte de la opuesta a los recortes, corrupción y acumulación capitalista con la que influir. Valerse de ella y hacerla posible debe ser el trabajo de este bloque.
Terminar con algo positivo, la sensación de que la sociedad si es consciente de la existencia de este bloque dominante, al igual que gran parte de la izquierda de este país, y que dia a dia lo demuestra hablando de alternativas, democracia y creando redes de solidaridad. Esa es la línea, el apoyo de unos a otros, creando vínculos y intereses comunes, y enfrentándose a los opuestos. Quizás el bloque dominante se rompa antes por arriba que por abajo, pero por si acaso, mejor romperlo por abajo para que el pueblo decida que es lo que quiere por una vez en los últimos siglos de historia.