martes, 23 de julio de 2013

VIENTOS DE MACHISMO ESTRUCTURAL

Un sistema político se defiende y se mantiene estable a través de la coacción, legitimidad y la legalidad según desarrollaba M. Weber en "La política como vocación". La coacción, a través de la fuerza física o monopolio de la violencia, la legitimidad a través de un consenso social, cohesión o conjunto de ideas comunes de cómo debe ser el sistema político/económico y su actuación y la legalidad, en las profundidades de las leyes y normas que conforman el cuerpo jurídico, desde las de mayor rango(Constitución por ejemplo) a las de menor(reglamentos o ordenanzas). Pero una sociedad no se compone ni funciona solo a través de las instituciones que emanan del Estado, hay más organizaciones y espacios que también pueden defender el sistema político: los medios de comunicación, la distribución económica y patrimonial de la sociedad, la cultura, el sistema educativo o incluso la familia también son parte y por tanto, guardianes del sistema. De estas instituciones sociales y políticas puede extraerse que ideas y colectivos protege la estructura.

Hay una corriente de pensamiento que está creciendo poco a poco que afirma que la democracia lleva aparejada la igualdad y la no discriminación entre todas las personas. Nada más lejos de la realidad. La política dentro del capitalismo puede no tener apenas efecto sobre sistema redistributivo o económico, por muchas leyes democráticas que disponga, a no ser quiera incidir en él mediante impuestos o flexibilizando la propiedad privada. Además, la democracia tal como está mayoritariamente expresada en las leyes de los países no permite su aplicación, ya que funciona a través de representantes, una parte ínfima de la sociedad. 

Estas ideas servirán de introducción a la siguiente hipótesis: el machismo está resurgiendo estructuralmente y ni la supuesta democracia ni las leyes se han mostrado como límites a su reaparición, si no que más bien la estructura está sirviendo de impulso. Desde la llegada del PP al gobierno en las elecciones de 2011, a aumentado las manifestaciones de machismo y homofobia desde todos los ámbitos, intentando proyectar un modelo de reminiscencias ultra-hetero-patriarcales como el que existía en España en la dictadura. Parece un disparate, pero a los hechos me remito, en orden cronológico:

Legitimidad:

1 - Opiniones machistas en los medios de comunicación, por políticos y otros tertulianos, presentada junto a información sesgada o manipulada. Toni Cantó, Gallardón, ... son ejemplo de ello.

2 - Publicidad a grupos anti-feministas, plataformas anti-aborto, plataformas defensoras del matrimonio falsamente llamado natural(que no es otro que el heteropatriarcal), a la Iglesia católica, a eventos machistas o sexistas(donde se mistifica a la mujer como madre o objeto).

3 - Naturalización de los micromachismos - comentarios, chistes machistas u homofobos, acentuación de las diferencias de género atribuyéndolo a diferencias sexuales, tertulias a la "italiana", división del trabajo en la sociedad y en los medios de comunicación.

Esta ha sido la fase de machismo blando, en comparación con el de los últimos meses, especialmente este último. Aunque todo este machismo era difundido y proclamado como beneficioso por el gobierno y los medios de comunicación, todavía no había certeza total de que una de las leyes propuestas(como la de restricción del aborto), sería aprobada.

Legalidad:

Ahora tenemos el ejemplo de la recién aprobada hoy ley de reproducción asistida, y parece que se avecinan más.

Este lunes se anunció también una nueva regulación de lo que debería considerarse violencia de género o maltrato, eliminando el anterior de la LO 1/2004, que la describía así "todo acto de violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad" y con él muchos de sus preceptos. Con la nueva, se referiría solo a la violencia física y además en los casos de una hospitalización superior a las 24 horas. Esto deja manco el significado de la violencia de género, dejando un amplio margen para el maltrato en la pareja o en otros ámbitos. En este país es más perjudicial este cambio, ya que es un retroceso frente a la lenta evolución de la cultura tolerante y igualitaria que gozaba España en los primeros años de este nuevo siglo hasta la crisis.

¿Cultura machista? ¡Eso es pasado!, dirán algunos. Pues bien, España tiene un 16% de mujeres dedicadas al trabajo doméstico no remunerado. Se ha reducido en los últimos años, pero aún no es suficiente. Además, casi la mitad de las mismas se declara católica, practicante y de derechas, es decir, absorbe sin incompatibilidades su rol desigual frente al hombre en el sistema patriarcal.

Pero la gente se está dando cuenta de la dirección a la que quiere dirigir el PP a las mujeres, y prueba de ello es que ya no basta con la legitimidad y la legalidad.

Coacción:

En algunas ciudades(sobre todo Barcelona y Madrid), tras conocerse estas medidas del gobierno sin apenas debate democrático, miles de mujeres y de hombres salieron a la calle a protestar, porque veían afectados sus derechos y su libertad, mientras sufrían discriminación(la ley de reproducción asistida es un claro ejemplo de discriminación ante el mismo resultado). La semana pasada , con manifestaciones. Ayer, con un Escrache Feminista convocado frente al Ministerio de Sanidad, para mostrar su rechazo a la ley. Tras reunir a miles de personas, el PP, sin ninguna intención de pararse a negociar, mandó cargar a la policía contra esas personas con bastante contundencia. Estos son los mecanismos de estabilidad. ¿Por qué el PP tiene que echar mano de ellos, si las leyes tal como estaban no producían inestabilidad? Porque quizás si que está en peligro su sistema, pero no su sistema económico, si no su sistema de legitimidad, que no es otro que el heteropatriarcal.