Septiembre
se ha convertido en un mes de tensiones políticas en el Ayuntamiento de
Villena, y los grupos políticos aprovechan la coyuntura para intentar alcanzar
sus distintos intereses. Problemas de inestabilidad política se avecinan,
aunque el Sr.Alcalde manifieste que por ahora se mantiene la tranquilidad y el
diálogo. La cuestión taurina ha sido el detonante de unas divisiones, que
muchos miembros del tripartito ya tenían con Richart desde hace meses(por los
presupuestos y otros conflictos).
A
finales de agosto, tras la abstención de Richart en la Junta de Gobierno donde
se iba a aprobar la contratación y adjudicación de una corrida de toros para el
día 7 de septiembre, el PSOE decidió dar un ultimátum al Alcalde: cesar las
atribuciones gubernamentales de Richart o romper el pacto de gobierno con el
que habían iniciado la legislatura. En las declaraciones de hoy, el Alcalde
Javier Esquembre ya ha anunciado que no hay nada decidido todavía pero que no
cederá ante presiones, en referencia a la disyuntiva que le ha planteado el
PSOE. Por lo tanto, pase lo que pase, se esperan todavía más declaraciones y
posicionamientos, siendo más imprevisible la decisión final del Alcalde.
Ahora
que, desde otra perspectiva, falta conocer los intereses y posibles
consecuencias de esta teoría de juegos que se ha presentado en el Ayuntamiento
de Villena. El PSOE, como jugador que toma la iniciativa, ha visto en este
comportamiento de Richart el momento oportuno para desmarcarse de un tripartito
en el que quedaba a un segundo plano, y retomar un protagonismo inédito en la
legislatura. Ha tomado la iniciativa justo cuando más estaba siendo dañada la
imagen del concejal de VCD Richart, de forma justificada por su imputación y
por bloqueo de otros acuerdos anteriores.
Solo
que no parece coherente con el PSOE, justo en estos momentos, amenazar con
salirse del gobierno, mientras la crisis continúa y el paro sigue siendo alto y
la reducción de la prestación y dotación de servicios sociales, sanitarios y
educativos aumenta, mientras cada vez los ayuntamientos pierden más
competencias para propulsar políticas. Se ve que tiene prisa por huir de
linchamiento popular que produce la poca actividad local en el gobierno y quiere reforzar su imagen de cara a las
próximas elecciones desde la oposición, pero dejando huérfano al ayuntamiento
de su participación directa y su colaboración en las concejalías, y compromiso
en las políticas del gobierno. Por otro lado, si la intención verdadera es
sacar a Richard del gobierno y mandar en minoría, su intención puede alterar
también la estabilidad del gobierno, al permitir bloqueos del PP más Richart o
incluso la posibilidad de que el PP más Richart presenten una moción de
censura, ya que tendrían la mayoría absoluta para ello.
Con un
gobierno del PP+Richart, evidentemente, las políticas cambiarían de tono(no
quiero decir que las efectuadas hasta ahora hayan sido muy socialistas), pero si
que podrían ser de otro tipo de inversiones(más clientelares), más recortes en
servicios que aún proporciona el ayuntamiento(de personal, de atención o, como
ha pasado en Alcorcón, de obligar a trabajar a parados por un salario mísero y
sin cotizar http://alcorconrepublicano.es/alcorcon/el-ayuntamiento-de-alcorcon-reclutara-100-parados-para-trabajar-sin-contrato/)
y menos preocupación por el impacto sobre el medioambiente y las personas de
algunos proyectos. Es curioso como el PP se ha mostrado partidario de la opción
del cese de Richart, como el PSOE, y posiblemente no estén lejos de hacer un
acuerdo de moción, que podría ser la otra opción, pero no es descartable que,
una vez el Alcalde aceptara la condición del PSOE, el PP viera a Richart con
otros ojos.
Que lo otro que podría pasar, aunque sería costoso de
administrar también, que el PSOE pasara a la oposición sin establecer pacto
alguno con el PP, y apoyara al gobierno en aquello que creyera conveniente,
algo que sin duda aumentaría el debate y la democracia local, pero que tendría
como consecuencia dejar a Los Verdes más expuestos a chantajes del PSOE para
sacar adelante sus medidas.
Y ya lo que sería el colmo, la última opción, es que el PSOE
se retractara de sus declaraciones y continuara en el gobierno junto a Richart,
porque habría montado un conflicto innecesario para continuar en el mismo
punto. Aunque, la seriedad del PSOE se pone en entredicho cuando se analiza que
el detonante de su ultimátum sea la abstención en la adjudicación de una
corrida de toros, que crea nuevos gastos públicos y se desvía de los problemas
ciudadanos reales, algo que se puede esperar más del PP. Coherente hubiera sido, en cambio, que este ultimátum fuera dirigido a todos los concejales, cansados y preocupados por la pasividad con la que el Ayuntamiento está afrontando la crisis en Villena y la poca continuidad a proyectos de participación democrática y mejoras de la vida en general de los vecinos de Villena.
En definitiva, el ayuntamiento se encuentra ahora enmedio de
un conflicto de intereses donde quienes salen más perjudicados son los
ciudadanos, que ante la incertidumbre de ruptura del tripartito contemplan que
es cada vez más escaso el trabajo político hacia ellos y que los cambios que se
produzcan agravarán aún más la situación actual. Sería recomendable que los grupos políticos que conforman el tripartito dialogaran sobre qué proyecto tenían cuando empezaron a gobernar, y si las circunstancias no han cambiado lo suficiente, seguir adelante con él hasta el final de la legislatura, cueste lo que cueste, sino, sería la muestra definitiva del desafecto de este tripartito con los ciudadanos.
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